BACKPACKJusto antes de irme de vacaciones, leo un artículo de Bill Snyder para CIO.com titulado ‘Back to School: What to buy (and What not to buy) your college student’. 

El artículo es una reflexión para padres con hijos empezando la Universidad y que se ven en el dilema de proveerles con la tecnología necesaria para cursar sus estudios. Teniendo en cuenta que el presupuesto familiar no es ilimitado, normalmente la duda se plantea entre comprar un portátil o comprar un tablet. De vuelta a mis tiempos de CIO en una multinacional, esta misma pregunta estaba siempre sobre la mesa en el último trimestre del año, cuando hacíamos los presupuestos para el año siguiente: ¿qué le compro a mis empleados: PCs, portátiles, tablets o móviles?

Volviendo al artículo de Snyder, en una encuesta realizada por BuyVia, una tercera parte de los encuestados respondían que un tablet era la mejor opción de vuelta al cole y sólo una quinta parte consideraba un portátil como su preferencia. El autor, sin embargo, es muy claro en su recomendación. Olvida las encuestas; para un estudiante, un portátil es la solución. Mientras que un tablet es bueno para leer libros y artículos, ver videos, comprobar email y navegar por internet, no es tan bueno para escribir trabajos, crear contenidos multimedia o manejar complejas hojas de cálculo. Si solo puedes permitirte un aparato, invierte en el que te permita hacer las cosas más indispensables de una manera más productiva.

De vuelta al entorno empresarial, si preguntas a tus empleados que quieren, seguramente obtendrás respuestas no muy diferentes a las de la encuesta anterior, siendo el porcentaje de respuestas favorables a los tablets mayor entre los puestos de dirección. Pero ten cuidado, tus empleados no son estudiantes, o más bien, no son todos iguales.
Cuando te enfrentes a este problema, hazlo de una forma lógica pero no complicada. Una manera que a mí me ha funcionado bien es tener un por empleado de acuerdo con criterios de negocio y transparentes para la organización:

  • Clasifica a tus empleados en categorías (oficina, ventas, operarios, viajeros frecuentes, etc.) y describe qué perfil  tecnológico necesitan
  • Involucra a la dirección de tu compañía en la definición de estos perfiles, porque ellos tendrán que predicar con el ejemplo.
  • Explica bien las implicaciones financieras asociadas a los diferentes perfiles y su impacto en los presupuestos totales
  • Crea un mecanismo de aprobación que no enlentezca el proceso de provisión de tecnología pero que haga que se respeten las reglas
  • Comunica a toda la organización las reglas y el proceso
  • Minimiza las excepciones

Este sistema no te evitará tener a algún empleado descontento con lo que le toque,pero te dará los argumentos necesarios para explicarle el porqué de su situación. Igual que el reluciente portátil que le has comprado a tu hijo no le impedirá que te pida un tablet para las próximas navidades.  Prueba el mismo sistema que te propongo en casa. Funciona.

María Rey Gayo – ASTANA Consultant Partner

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